Vendió el auto y olvidó sacar figuras del espejo

Una de las pistas que permitieron la captura del sicópata fue el dato aportado por Bárbara en torno al auto que usaba el sujeto, el cual tenía colgando en el espejo retrovisor unas figuras de la serie televisiva “Pijamas en Banana”. Ese dato lo sabían los carabineros de Alto Hospicio y cuando uno de ellos realizaba un control vehicular, apreció las figuras y retuvo a Julio Pérez.

El auto en el que el sujeto cometía sus fechorías era un Mazda Capella del año 1989, patente LT-7321. El vehículo lo compró su conviviente Nancy Boero el 5 de marzo de 2001 al guardia de seguridad y suboficial de carabineros en retiro, José Garrido Donaire.
Garrido, conocido en Iquique como “señor lápiz” por su facilidad y rigurosidad para cursar multas de tránsito, recuerda que vendió el auto en $650 mil pesos y cuando hizo la transacción sólo conversó con Nancy Boero, la cual era acompañada por Pérez, quien en todo momento miró al piso y sólo hablaba con su mujer. “Fueron a ver el auto y el tipo dio una vuelta a la manzana y le dijo a la señora que estaba bueno y lo comprara. Después fuimos a la notaria y nunca más supe del auto, hasta que por las noticias salió el tema de las figuras de Bananín y Bananón y el sicópata”.
Las figuras en cuestión las compró Garrido en $2.500 pesos para que sus hijas gemelas se entretuvieran cuando iban en el auto, el cual lo adquirió en 1994 en una importadora de Zofri. Las niñas eran fanáticas de la serie televisa y las figuras quedaron en el espejo. Al venderlo se olvidó de retirar el adorno “y nunca pensé que servirían para pillar al sujeto”.
Pese a no tener relación con el hecho, el tema también repercutió en la vida de Garrido, puesto que pese a que la venta estaba protocalizada en una notaria, formalmente Nancy Boero no realizó la inscripción y el ex suboficial fue interrogado por detectives y la ministra en visita. “Menos mal que tenía guardado los papeles. Lo único malo es que me despidieron del Supermercado donde trabajaba porque supuestamente les podía dañar la imagen ¡Imagínense!”.
Garrido confiesa que aún le impacta el caso, más aún porque tiene hijas y “todo fue muy macabro. Toda la ciudad y todo el país quedó impactado”.